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El misterio de la cueva de los Tayos en la Amazonía Ecuatoriana

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El misterio de la cueva de los Tayos en la Amazonía Ecuatoriana
oskar COLABORADOR2
* La cueva de los Tayos (Morona Santiago, sureste de Ecuador) es hoy por hoy la obsesión de muchos exploradores que pretenden encontrar en ella la respuesta al enigma de los colosales bloques que conforman sus paredes y algunos de sus techos.

* Hasta el propio Neil Armstrong formó parte de la gran expedición que en 1976 se adentró en la Amazonía ecuatoriana.

* La cueva de los Tayos es el hábitat de un ave nocturna llamada tayo, la cual da su nombre al complejo sistema de cavernas.

Hace aproximadamente 53 años, en los momentos en que la mirada de la humanidad apuntaba hacia el espacio debido a la llegada del primer hombre de nuestra civilización a la Luna, una pequeña notaría de Guayaquil gestionaba un asunto que apuntaba en dirección contraria, es decir, hacia las profundidades de la Tierra.

Mientras Neil Armstrong caminaba en la superficie de nuestro satélite natural, Juan Moricz, un Espeleólogo apasionado por la antropología y lenguas antiguas, legalizaba en Guayaquil el que quizá sea el documento más extraño y sorprendente de los que se han presentado en las notarías del Ecuador. Por increíble que parezca, ambas historias se cruzaron años después en las profundidades de la Amazonía ecuatoriana.

Juan Moricz, Espeleólogo argentino de origen húngaro
Aquel 21 de julio de 1969, Juan Moricz presentó en la notaría cuarta de Guayaquil una escritura donde se asentaba la denuncia de un supuesto descubrimiento en las selvas orientales del Ecuador (luego se precisaría que fue al interior de las Cuevas de los Tayos).

Moricz aseguró haber encontrado en las profundidades de la Cueva de los Tayos "Una biblioteca de metal que contiene la relación cronológica de la historia de la humanidad; el origen del hombre en la Tierra, y los conocimientos científicos de una civilización extinta".

El hallazgo de unas placas con inscripciones cuneiformes generó gran curiosidad en la década de 1970. Foto: Miguel Garzón
Según el investigador español Juan José Revenga, dicha cueva fue utilizada como refugio durante el periodo de la conocida glaciación de Wisconsin ocurrida hace 48.000 y 12.000 años. Lo que nos hace pensar; fue habitada por una cultura muy anterior a la Egipcia y Mesopotamia.

Todo lo anterior nos obliga a plantearnos si hubo otra evolución paralela en América similar a la que se produjo en África. Pero la principal objeción a esta hipótesis radica en que en América no existieron grandes simios que evolucionasen hasta dar lugar al ser humano, lo que hace que las incógnitas se multipliquen.

El misterio de la cueva de los Tayos en la Amazonía Ecuatoriana






Tanto en la imagen superior como en la inferior puede observarse claramente el corte artificial realizado en el techo de la cueva.
Diferentes exploraciones arqueológicas han encontrado restos que apuntan que La cueva de los Tayos, fue utilizada en el neolítico y abandonada al mejorar el clima, para ser habitada nuevamente unos 3000 años a.C., por una tribu pre-Shuar.

Sobre el 1500 a.C. los Shuar llegan a la zona y se mezclan con los habitantes de la Cueva de los Tayos que es ocupada hasta aproximadamente, el 500 d.C. en que es utilizada únicamente como lugar ceremonial y para la caza anual de polluelos de tayo. El respeto que los Shuar sienten por la Cueva de los Tayos proviene de la creencia de que los espíritus de sus antepasados moran en ella. En la actualidad es posible descender a la cueva con los permisos que da la Corporación Cueva de los Tayos en Kuankus.

Gran puerta en la Cueva de los Tayos
Una de las características más impresionantes de la Cueva de los Tayos son las formaciones de piedra que contienen ángulos rectos y formas lisas y simétricas de tal manera que parecen talladas por una mano humana, aunque muchos piensan son el resultado de la composición geológica y la acción del agua sobre la piedra.



Neil Armstrong viajó con la expedición británica-ecuatoriana
Luego de pisar la Luna, el astronauta estadounidense Neil Armstrong se adentró en las profundidades de la Tierra. ¿Qué fue lo que le motivó para movilizar a tanta gente?

En 1976, el explorador escocés Stanley Hall organizó una expedición a la cueva en la que participaron numerosas personas de diversos campos de la ciencia y que fue patrocinada por el astronauta Neil Amstrong.

Dicha expedición incluyó a personajes importantes de la arqueología e investigación, participando en ella incluso el Ejército Ecuatoriano. Los expertos y aventureros, que sumaban en total un equipo de 120 personas, llevaron a cabo una exploración detallada de la cueva que duró, aproximadamente, una semana. Investigadores británicos extrajeron 4 cajones de madera sellados, de gran tamaño, sin mostrar su contenido a la tribu de los Shuar, acabando este episodio (según relata el investigador español J. J. Revenga) a tiros entre los nativos y la expedición inglesa.

¿Qué podemos encontrarnos en la cueva?
¿Qué podemos encontrarnos en la cueva?
Disponemos de muy poca información al respecto. Según cuentan, algunas de sus rocas están cortadas, pulidas y perfectamente alineadas, cosa totalmente imposible si fueran de origen natural. También parece ser que en su interior nos encontramos con dibujos de figuras con formas humanoides, claro que otros investigadores aseguran que se trata sencillamente de manchas naturales.

Sin embargo, y como se dijo en un inicio, lo más sorprendente fue el hallazgo del Espeleólogo Juan Moricz en la que se afirmó que en el interior de la cueva se recuperaron planchas metálicas, cerámica y tablillas, en las cuales encontramos desde dibujos piramidales hasta escritura cuneiforme.



El sacerdote Carlos Crespi
El sacerdote Carlos Crespi Carlos Crespi con algunos de los extraños objetos que le regalaron los Shuar.
El sacerdote salesiano Carlos Crespi Croci tuvo conocimiento de la Cueva de los Tayos desde la década de 1920, debido a la realización de un documental sobre los Shuar en 1927. Los miembros de dicha cultura nativa le regalaron una serie de piezas en agradecimiento y éstas fueron guardadas en el Museo Privado de Carlos Crespi Croci de Cuenca, Ecuador.

De tales objetos sólo quedan algunas fotografías y vídeos, ya que la mayor parte de ellos fueron vendidos y otros hurtados al producirse un incendio en el año 1962, posiblemente intencionado para robar las piezas. No apareció nada, ni siquiera fragmentos de cerámica, que habrían resistido perfectamente el fuego.

"A través del museo se consiguió mucho dinero para construir nuevas iglesias y ayudar a los habitantes de la zona. Pero después de la muerte del sacerdote, en 1982, estos objetos desaparecieron del convento salesiano de Cuenca". Indicó J. J. Revenga,



Estos dos objetos también formaban parte de la colección del sacerdote salesiano.
Para finalizar, recogemos las declaraciones de un experto en la materia, el arquitecto e historiador Melvin Hoyos, Director de Cultura y Promoción Cívica en el Municipio de Guayaquil:

"Creo que la cueva de los Tayos no es una cueva, es obra de la mano del hombre, no hay nada en la naturaleza que se pueda parecer a la cueva de los Tayos. Tiene el techo cortado completamente plano con ángulo de 90 grados en la pared. Es muy parecido a otros túneles de características semejantes y edad similar en otras partes del mundo, lo que nos lleva a pensar que antes de la glaciación Wisconsin hubo una red de túneles en el planeta, pero aceptar esto sería aceptar la existencia de una civilización muy desarrollada antes de dicha glaciación".

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