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EL NUEVO SOL

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EL NUEVO SOL
En toda América se han recogido versiones de la doctrina de los Cinco Soles, a cada uno de los cuales corresponde un tipo particular de Humanidad. Especialmente entre los Mexicas y los Incas era muy explícita la referencia a que estaban viviendo el final del Quinto Sol, pero este conocimiento lo adjudicaban en ambos casos a una tradición ancestral anterior. Cronológicamente el final de la era coincide con la doctrina hindú de los ciclos: el final del Kali yuga se sitúa poco más o menos en el cambio de milenio, o sea, en nuestra época actual.
En su reciente libro ?Encuentros con el Jaguar?, el joven terapeuta mexicano Elyas Carlos describe sus encuentros con un ?ser energético? que entre otras informaciones le revela que ?el Primer Sol de la nueva era ya ha comenzado? y que ?ya está constituido el nuevo Tonal?. Esto significa que las condiciones perceptivas y cognitivas que configuran y permiten la vida cotidiana del nuevo ciclo ya comenzaron a manifestarse y a operar. Puesto que, en la concepción centroamericana ancestral, el Nagual, la contraparte energética e inagotable del Tonal, es eterna, insondable y misteriosamente permanente.

¿Cuáles son, entonces, los signos observables del nuevo Sol? ¿Cuáles las condiciones perceptivas y cognitivas generales de la vida cotidiana ya manifestadas y actuantes hoy?
Desde mi estrecha perspectiva de observación me doy cuenta de algunos factores que expongo como plataforma para una creciente elucidación en común.
? Una ampliación de la conciencia que implica el reconocimiento casi visceral de las limitaciones del sustento ideológico de la civilización contemporánea anterior: individualismo, egoísmo, consumo, pereza, racionalismo deshumanizante, destrucción de la Naturaleza, explotación y discriminación de otros seres humanos, des-sacralización de la vida, falta de responsabilidad de las propias acciones y de las acciones colectivas, falta de relación con la propia muerte personal, etc. etc. etc.
? El surgimiento cada vez más extendido de voces individuales, grupales o colectivas en favor de una reconfiguración del pensamiento general sobre otras bases cognitivas: desde Greta Thunberg a Nicolás Pauccar Calcina, desde? (agrega tú lo que esté en tu conocimiento, personalmente abarco muy poco).
? La permeabilidad del nuevo horizonte cognitivo a corrientes hasta hace poco sumergidas de sistemas perceptivos y cognitivos no originados en la vertiente occidental moderna (disciplinas orientales y chamánicas, por ejemplo), o sí originados en ella pero abrevando en esas otras fuentes sumergidas (terapia de vidas pasadas y chamanismo transcultural, por ejemplo). (Agrega tú aquí también lo que esté en tu conocimiento.)
? Pareciera que ciertos aspectos del desarrollo tecnológico alcanzado por la civilización que terminó, han pasado a formar parte del nuevo tonal: por ejemplo, Internet, que permite el contacto vivencial y comunicacional entre partículas de conciencia extendidas por todo el planeta ¿hasta abarcar una red ?neuro-tecnológica? global?
? La existencia de ?células grupales? que buscan, promueven y realizan experiencias comunitarias de vida y/o de educación alternativa para sus hijos.
? Seguramente hay más, que escapa a mi limitada visión.
En lo que respecta a nosotros, americanos, pareciera que el conocimiento y la forma de vida que se ha mantenido intacta entre los descendientes actuales de los pueblos originarios, especialmente de las dos grandes civilizaciones que entraron en contacto con los españoles en México y los Andes, opera como un reservorio de conciencia capaz de nutrir y orientar distintos aspectos de la nueva situación. Me refiero al desvelamiento del conocimiento iniciático profundo del México antiguo a través de la obra de Carlos Castaneda, y, más recientemente, al mismo fenómeno con respecto al antiguo conocimiento andino por vía de algunos de sus exponentes legítimos (Evaristo Pfuturi Consa, Rolando Pauccar y el ya nombrado Nicolás Pauccar Calcina, entre otros).
Claro está que, a pesar de la buena noticia, la situación está lejos de ser idílica. Los mismos factores cósmicos destructivos y aquellos propios de la naturaleza humana siguen operando en todos nosotros como siempre. En este aspecto nada ha cambiado ni podría cambiar por sí mismo. Lo que sí parece que se ha abierto paso en nuestra conciencia y de manera más generalizada es la necesidad de reconocer la existencia de fuerzas desintegradoras dentro de nosotros y tomar responsabilidad por ello. Si esto es así, entonces el desafío personal ineludible de cada uno de los que se sientan involucrados es invertir urgentemente una parte del esfuerzo cotidiano en depurar la energía ?dentro de sí mismo?.
Así sea.
Roberto Pitluk

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