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El sacrificio humano mexica fue una realidad, reitera arqueólogo

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Figura de Xipe Tótec, importante deidad de la civilización mexica a la que se vincula con la regeneración de la vida, incluida en la exposición que mañana concluye en el Museo del Templo Mayor (Seminario 8, Centro Histórico)Foto Javier Hinojosa/ INAH

Presentan el catálogo de la muestra Xipe Tótec montada en el Museo del Templo Mayor
Nuestro papel de investigadores no es el de ensalzar ni condenar tal práctica, sino tratar de entenderla y encontrar su explicación como fenómeno humano, expresa Carlos Javier González
En la celebración de Ochpaniztli, la diosa madre, las víctimas desolladas eran mujeres, sostiene
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Sábado 11 de marzo de 2017.
Los sacrificios humanos entre los mexicas fueron una realidad, reiteró Carlos Javier González González en la presentación del catálogo Xipe Tótec y la regeneración de la vida, publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que documenta la exposición homónima que con gran éxito concluye este domingo en el Museo del Templo Mayor. La muestra ha sido visitada por más de 238 mil personas.

González González aclara que los sacrificios han sido comprobados con las evidencias arqueológicas, recuperadas en los recintos sagrados de Tenochtitlán, Tlatelolco y otros sitios aledaños y contemporáneos y son cuantiosas e incontrovertibles. Si las cifras fueron manipuladas y exageradas por los cronistas, eso es otra cuestión.

Otro aspecto para aclarar es que los devotos de Huitzilopochtli no inventaron esta práctica, si bien es probable que la hayan llevado a niveles estadísticos sin precedente en Mesoamérica.

Y añadió: Nuestro papel de investigadores no es el de ensalzar ni condenar tal práctica, sino tratar de entenderla y encontrar su explicación como fenómeno humano.

Desollamiento de personas

Durante la presentación del catálogo Xipe Tótec y la regeneración de la vida, el pasado jueves en el Museo Nacional de las Culturas, González González expuso la abundante información contenida en ese material, basada en el estudio y análisis de varias fuentes documentales mediante las cuales desarrolló los rasgos, actividades y relaciones sociales en torno a tan temible deidad mesoamericana.

En la festividad, llamada tlacaxipehualiztli, durante 20 días se efectuaba el desollamiento de personas. Es decir, tras el sacrificio de cautivos de guerra por extracción de corazón, sus cuerpos se desollaban y las pieles obtenidas eran vestidas por hombres que ejecutaban determinadas actividades, refirió el arqueólogo.

El libro, dijo Carlos Javier González, aborda los temas sobre los antecedentes del dios y su antigüedad, con ejemplos que se ilustran con fotografías, las cuales son piezas que integran la exposición; además se recrean los principales escenarios del recinto sagrado que servían para la celebración de la festividad de tlacaxipehualiztli.

También, prosiguió, se toca el tema de la relación del dios con el maíz, que era muy estrecha e interesante y se detallan los vínculos de la deidad con la agricultura; otro aspecto es el relacionado con la guerra, porque la fiesta tenía un carácter militar y se conmemoraban las recientes victorias.

En la festividad, dijo, el hueitlatoani, el gobernante supremo, participaba de manera especial, porque el mismo soberano se ataviaba como el dios cuando encabezaba a su ejército en campaña.

Otro de los aspectos, destacó el presidente del Consejo de Arqueología del INAH, es que en esta fiesta, que se efectuaba en marzo, se conmemoraba o reactualizaba el mito de la creación del Quinto Sol y de la masacre mítica de los innumerables mimixcoa –quienes debían alimentar al astro y a la tierra, pero al no cumplirla fueron condenados a morir–, la cual se recordaba con la ceremonia del sacrificio gladiatorio.

Aniversario 78 del INAH

Carlos Javier González puntualiza en el libro: La ceremonia principal dedicada a Xipe Tótec se realizaba bajo pautas singulares y espectaculares: los enemigos más valerosos y de mayor jerarquía combatían sobre una gran piedra circular, en condiciones desiguales, contra sacrificadores locales bien armados.

Además de los textos de González González, se incluyen los de la autoría de Luis Manuel Gamboa Cabezas y Martha García Sánchez, “Xipe Tótec: ‘Nuestro señor el desollado’ de Tollan Xicocotitlan” y La práctica ritual del desollamiento en la época prehispánica, del antropólogo físico Juan Alberto Román Berrelleza, en el que da cuenta de los aspectos técnicos de esta actividad religiosa y su evidencia en restos óseos.

Esta práctica no era exclusivamente dedicada al dios Xipe Tótec, también lo era, por lo menos en la época mexica, para la diosa madre, en la celebración de Ochpaniztli, aunque en este caso, las víctimas desolladas eran mujeres, puntualizó Carlos Javier González.

La presentación del catálogo y la muestra, que se inició en noviembre pasado en el Museo del Templo Mayor, se inscriben en las actividades conmemorativas por el 78 aniversario del INAH.

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Nota de Toltecáyotl:

Los sacrificios humanos son y han sido, una vergonzosa realidad. Comenzando con los que se relatan en la Biblia o los que realizó la iglesia católica durante los mil años de la Edad Media en Europa, quemando en plazas a cientos de miles de personas inocentes. Actualmente, mueren diariamente cientos de niños, de recién nacidos a cinco años, por problemas generados por la miseria, aunque a “estos sacrificios humanos modernos”, se les llama “daños colaterales del modelo económico”.

Las irresponsables declaraciones del arqueólogo, son parte de un discurso colonizador que, pretende, justificar las grandes matanzas que hicieron los castellanos en la invasión, y que, como se ve, se siguen repitiendo hasta nuestros días por el poder de la clase dominante, la última matanza fue la de Nochixtlán, Oax.

Existe, por otra parte, la versión de la corriente fanatizada de la cultura mexica, que niega absolutamente cualquier sacrificio humano. Es el otro lado de la moneda. Se pretende negar la trasgresión a la religión y filosofía milenaria del Anáhuac, conocida Toltecáyotl. Afirman que Tlacaélel, no cambió el sacrificio espiritual tolteca, por el sacrificio material mexica. Pretenden exaltar a la cultura más degradada, que, apenas duró 196 años y que tuvo un relativo poder de 81 años y que, por lo mismo, fue derrotada por el invasor. No así, los mayas, purépechas o yopes, por citar solo algunos.

La búsqueda de la verdad, nos permite eliminar el sistema necolonial en el que actualmente vivimos, sin fanatismos hispánicos o “aztecoides”. Descolonizar es dignificar.     

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