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Juntos y sí revueltos: el paradigma biocultural

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Juntos y sí revueltos: el paradigma biocultural
nexos.com
enero 10, 2022
Tlacaelel Rivera-Núñez, Maite Lascurain-Rangel y Citlalli A. González
Juntos y sí revueltos: el paradigma biocultural
En nuestro país, usamos ?Juntos, pero no revueltos? para referir relaciones en las que los elementos implicados conviven próximos entre sí, pero mantienen su propia individualidad e independencia. Este refrán nos sirve para reflexionar sobre la búsqueda del enfoque biocultural para superar la disociación entre naturaleza y cultura que, hasta hace apenas pocos años, primaba el entendimiento y estudio de los sistemas biológicos y sociales. Ello resulta de suma importancia para promover esquemas sostenibles de manejo de los recursos naturales y avanzar hacia la justicia ambiental en un país como México, cuya enorme diversidad biológica y agrícola depende íntimamente de la riqueza cultural de sus pueblos indígenas, campesinos, afrodescendientes y mestizos, mismos que, a pesar de su gran legado de vida y territorial, han sido estructural e históricamente relegados de la vida pública y el desarrollo social del país.

Muy probablemente en alguna lectura, charla académica, o incluso a través de los medios de comunicación, nos hemos topado con la palabra ?biocultural? y hemos dado por sentado su significado, sin comprenderla ni reparar realmente en su relevancia. Por esa razón, a continuación reflexionaremos sobre el devenir, la pertinencia e importancia de este concepto tan en boga.

La palabra biocultural apareció formalmente como categoría científica apenas a inicios del nuevo milenio. No obstante, es importante reconocer que el concepto llevaba fraguándose al menos dos décadas, a partir de los aportes generados por las y los biólogos, ecólogos, geógrafos y agroecólogos sobre la diversidad de especies, cultivos y paisajes, y mediante las contribuciones de las y los antropólogos, lingüistas, arqueólogos y etnohistoriadores en relación con la diversidad de lenguas y expresiones culturales. En particular, el surgimiento de la noción de bioculturalidad suele atribuírsele al legado del polifacético antropólogo y biólogo norteamericano Darrell Posey.

A pesar de que se acumulan definiciones sobre el significado del concepto, existe cierto consenso entre la comunidad en entenderlo, de manera general y sencilla, como la intersección en espacio y tiempo de la diversidad biológica, lingüística y agrícola. De igual manera, al mapear las geografías a nivel mundial en las que traslapan dichas diversidades, las y los especialistas coinciden en destacar países como Indonesia, México, China, India, Nueva Guinea, Perú, Nigeria, Australia, Brasil y Congo. Se estima que, a raíz de los complejos procesos de coevolución entre naturaleza y cultura que han tenido lugar a lo largo de los últimos 15?000 años, estos diez países albergan alrededor del 70?% de la riqueza biológica del planeta, contribuyen con cerca de la mitad de las especies del sistema alimentario mundial y en ellos se hablan aproximadamente 4500 de las casi 7000 lenguas existentes en el orbe.

Juntos y sí revueltos: el paradigma biocultural

Tabla 1. Los diez principales países bioculturales del mundo

País
Biodiversidad


Diversidad Lingüistica


Centro de Agrodiversidad


Concentración de culturas tradicionales

1. Indonesia


Alta


Alta


Alta


Alta

2. México1


Alta


Alta


Alta


Alta

3. China


Alta


Alta


Alta


Alta

4. India


Alta


Alta


Media


Alta

5. Nueva Guinea


Media


Alta


Alta


Alta

6. Perú


Alta


Baja


Alta


Alta

7. Nigeria


Baja


Alta


Alta


Alta

8. Australia


Alta


Alta


Baja


Baja

9. Brasil


Alta


Alta


Baja


Baja

10. República Democrática del Congo


Baja


Alta


Alta


Baja

Fuente: elaboración propia

En tanto campo de estudio e incidencia en construcción, un conjunto de escalas de análisis y acción social se desarrollan en torno al enfoque biocultural. Éstas incluyen desde unidades de estudio amplias como los complejos, las regiones y los paisajes; unidades muy concretas y observables como la diversidad, la riqueza y los recursos, y conceptualizaciones teóricas más abstractas como las nociones de patrimonio, legado, memoria y axioma. Tal pluralidad conceptual y metodológica es una manifestación de que la bioculturalidad se está consolidando como un nuevo paradigma.

Figura 1. Representación esquemática del paradigma biocultural. (A) Unidades de integración y análisis. (B) Conceptualizaciones teóricas

Representación esquemática del paradigma biocultural

Fuente: elaboración propia

La articulación del paradigma biocultural como una arena de interfaz entre el quehacer académico, la defensa territorial, los marcos normativos y las políticas públicas puede tener profundas implicaciones para la equidad ambiental y la afirmación cultural de los pueblos originarios, las comunidades campesinas, afrodescendientes y mestizas que son importantes moldeadoras y custodias de la bio-etno-agro-diversidad. Por ejemplo, desde este enfoque paradigmático se pueden formular esquemas reivindicativos y no excluyentes de preservación de la biodiversidad que partan de las cosmovisiones, los conocimientos y las prácticas locales de manejo de los recursos naturales; estrategias de conservación in situ y resguardo de la agrodiversidad asociada a las agriculturas tradicionales; el rescate de las lenguas indígenas amenazadas y la tradición oral erosionada; la recuperación de la alimentación, las culturas alimentarias y la medicina autóctona; los peritajes antropológicos y litigios estratégicos, entre otros importantes frentes de salvaguarda, lucha y revitalización biocultural.

Fotografía: Claudia Novelo Alpuche

Uso de la yunta en los valles centrales de Oaxaca, tecnología agrícola tradicional que forma parte de los recursos bioculturales de los pueblos campesinos en México. Fotografía: Claudia Novelo Alpuche

Al ser uno de los primeros epicentros de enunciación y mayores ostentadores de las diversidades descritas, México tiene importantes y crecientes esfuerzos académicos, comunitarios y políticos para avanzar el paradigma biocultural. Desde 2011, nuestro país cuenta con una red temática de investigación única en el mundo que congrega a más de 270 integrantes pertenecientes a 15 disciplinas científicas, adscritos a 70 instituciones educativas y con presencia en 22 estados del país, que colaboran con 30 grupos etnolingüísticos, trabajan en 34 subcuencas hidrográficas y que, en su conjunto, brindan algún grado de cobertura académica a cerca de 80 regiones bioculturales. Por su parte, dentro del ámbito comunitario, vale la pena destacar el esfuerzo de la Junta Intermunicipal Biocultural del Puuc (JIBIOPUUC): organización conformada por un consejo de administración que reúne a representantes ejidales, funcionarios de los tres órdenes de gobierno, académicos y a la sociedad civil para articular esfuerzos de base local y comunitaria a fin de preservar la diversidad biocultural y promover los modos y mundos de vida campesinos de las y los mayas que dependen del último macizo forestal del estado de Yucatán para subsistir.

Finalmente, merece mención especial la reciente reforma y adición a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Este cambio en materia de bioculturalidad impulsado por la Comisión de Medio Ambiente, Sustentabilidad, Cambio Climático y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, incorpora legalmente los conceptos de ?patrimonio biocultural? y ?conocimientos tradicionales? a la política ambiental nacional. Dicha incorporación normativa faculta y mandata a las autoridades ambientales competentes a garantizar la salvaguarda de la bio-etno-agro-diversidad, ya no de manera aislada y excluyente (p. ej. a través de políticas productivas, de conservación, sociales y étnicas, por separado), sino mediante instrumentos integrales e inclusivos como los planes nacionales de agroecología, el diseño de programas de manejo para las áreas naturales protegidas fundamentados en el diálogo de saberes entre las sabidurías y prácticas tradicionales y los conocimientos científicos, así como la incorporación de contenidos bioculturales en las agendas de investigación, comunicación y educación ecológica orientadas a diferentes sectores de la sociedad.

Fotografía: JIBIOPUUC

Área forestal de 5500 km2 preservada y manejada por la Reserva Estatal Biocultural del Puuc en el sur del estado de Yucatán, primera área natural protegida en México que no parte de un enfoque restrictivo y vertical de manejo, sino horizontal y comunitario a partir de los conocimientos y prácticas tradicionales de uso y preservación de los montes mayas. Fotografía: JIBIOPUUC.

Dada la condición de mutua determinación ?o ?juntos y sí revueltos?? de la bio-etno-agro-diversidad, resulta fundamental que las agendas de investigación y políticas internacionales en materia de conservación de la biodiversidad, rescate lingüístico y resguardo de la agrodiversidad transiten de manera pronta al paradigma biocultural y comiencen a articular esfuerzos conjuntos e integrales. Ello se podría traducir en nuevos horizontes de justicia socio-ambiental para los más de 5000 grupos culturales con representación en alrededor de 100 países, de los cuales depende directamente nuestra memoria biocultural como especie y el legado civilizatorio para, en palabras del filósofo francés Bruno Latour, ?aprender a compartir el mundo, antes de que no haya más mundo que compartir?.



Tlacaelel Rivera-Núñez, Maite Lascurain-Rangel y Citlalli A. González
Red de Ambiente y Sustentabilidad, Instituto de Ecología, A. C.

1 Quinto país con mayor riqueza de plantas y animales y séptimo en endemismos, lo que nos posiciona como la quinta nación megadiversa del mundo; 68 lenguas indígenas y 364 variantes habladas; uno de los siete centros Vavilov de origen, domesticación y diversificación agrícola en el mundo; alrededor del 30?% de la población del país es indígena, campesina o afromestiza.
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Tomado de:
https://medioambiente.nexos.com.mx/juntos-y-si-revueltos-el-paradigma-biocultural/

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