? el ?yo? que me identifica y me diferencia de los demás.
Todas las personas necesitan dos cosas al mismo tiempo. Sentirnos unidos e identificados a un grupo; pero al mismo tiempo también, sentirnos diferentes a todos y podernos diferenciar de cada una de las personas de nuestro grupo y de otros grupos.
Cada uno de nosotros tiene la seguridad de que somos seres diferentes a los demás. En una misma casa, bajo un mismo techo, los hijos de la misma madre y del mismo padre, tienen que sentirse y ser diferentes unos con otros. A pesar de que todos los hermanos comparten el apellido de los padres, cada uno tendrá uno, dos y hasta tres nombres que los diferenciaran a uno de los otros.
¡Qué situación tan especial tenemos los seres humanos! Por una parte, tenemos la necesidad de ?ser parte? de un grupo humano, sea éste nuestra familia, nuestra calle o barrio, el estado o país. Pero al mismo tiempo, tenemos la creciente necesidad, también vital, de diferenciarnos de los que nos rodean.
Dicen los expertos que los niños recién nacidos, viven una primera etapa en la que después de escuchar latir el corazón de su madre durante nueve meses, ellos se sienten que su madre y ellos son una sola unidad, un mismo ser. El desarrollo posterior le hará saber que él es en sí mismo, una sola individualidad y que su madre es otro ser diferente a él.
Durante toda la infancia, los niños y más tarde los adolescentes irán tomando aspectos diferentes y muy determinados de las personalidades de los seres que viven en el círculo de su casa; sean sus padres, abuelos, tíos, hermanos, primos y amigos. El niño poco a poco irá copiando gestos, palabras, expresiones, gustos, ideas. Esto se hace de manera muy lenta y casi siempre sin darse cuenta. Cuando llega a la adolescencia modificará en un tiempo muy corto, la personalidad de ?niño? que a construido durante 13 o 15 años y construirá una ?propia? de manera más consciente. Por lo mismo, esta es una etapa de crisis constante.
?Todos los días se aprenden nuevas cosas?. El ser humano desde su nacimiento hasta su muerte, permanentemente está cambiando y modificando su forma de pensar y de actuar. La personalidad que nos distingue y nos diferencia de los demás, cambia todos los días. Especialmente en la adolescencia, la infancia, y con menor intensidad en la madurez y cuando se es abuelito.
Esta necesidad de ser diferente y podernos diferenciar de los demás, es una condición del ser humano, es su naturaleza. Todos necesitamos identidad, tanto ?hacia adentro?, como ?hacia fuera?. Cada persona necesita estar segura de sí misma de manera íntima, entendiendo esta seguridad como ?hacia adentro?, es decir, conociéndose interiormente, aceptándose y confiando en sus potencialidades. De la misma forma, las personas necesitamos ser identificadas y reconocidas por las demás personas de nuestra circulo. Es fundamental para cada uno de nosotros que ocupemos ?un lugar? muy bien determinado en la familia, con los amigos, en la escuela, en el trabajo.
Es importante mencionar que la etapa de la vida más importante para construir y fortalecer nuestra ?identidad interna? es en la infancia. En efecto, la forma más directa de trasmitir confianza, seguridad e identidad, es el amor. Cuando un niño, desde que está en el mismo vientre de su madre, hasta llegar a la adolescencia, es amado y querido, ahí se estará plantando la semilla del árbol de la ?confianza en sí mismo?, de la ?autoestima?. Un niño que no tiene la seguridad manifiesta del amor incondicional de sus padres, será un adulto inseguro toda su vida.
La identidad ?hacia fuera? tiene que ver el mundo en donde vivimos y las personas con las que nos relacionamos, directa o indirectamente. Cada uno de nosotros necesita ?ocupar un lugar? en la sociedad. Necesitamos identificarnos y ?pertenecer? a uno o varios grupos sociales. No nos basta ser miembro de la familia ?x?, necesitamos satisfacer nuestra necesidad de ?pertenencia? a otros grupos. Pueden ser el barrio en donde vivimos, el estado y país donde nacimos, la iglesia a donde vamos, la escuela donde estudiamos, un equipo deportivo que nos guste o simplemente como admiradores de un artista.
En el caso de la identidad ?hacia fuera?, el pertenecer a una cultura determinada a través de vivir y compartir sus tradiciones, fiestas, usos y costumbres, es la manera de acrecentar y fortalecer la confianza de estar inscritos o ser parte de ?un grupo mayor?, lo que nos da fuerza interna, orgullo y satisfacción de ?pertenecer? o ser parte de ?un grupo fuerte y reconocido?. ¡Por ejemplo, cuando alguien dice con mucho orgullo, ?! ¡Yo soy de Oaxaca... la tierra del Sol y la Guelaguetza!?, se está sumando a miles de años de historia y de cultura. Tiene un lugar en el mundo, con una historia muy antigua y gloriosa, con muchos frutos de la sabiduría humana. Eso le da confianza, seguridad y autoestima, frente a cualquier persona de otro grupo o cultura diferente.
La identidad es fundamental en los seres humanos porque se traduce en confianza, seguridad en uno mismo, en la llamada ?autoestima?. Es por ello que todos necesitamos acrecentar y fortalecer de manera permanente la identidad ?interna y externa?, a partir de realizar, en lo posible, todas las tradiciones, fiestas, usos y costumbres de la cultura a la que pertenecemos, especialmente esta labor la debemos realizar permanentemente con los niños y jóvenes. Así como hacer el esfuerzo de conocer la verdadera Historia México y sus valores culturales.
Educayotl AC. No podemos librarnos del calabozo del neocolonialismo, con las ideas de los carceleros. Se necesita recuperar la sabiduría ancestral, para crear una propia narrativa, por la vida, la libertad y la solidaridad contienetal. www.toltecayotl.org