ASESINATO DE XICOTÉNCATL POR ÓRDENES DE CORTÉS

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12 de mayo de 1521
Todos tenemos una cita con la muerte, y la tuya fue muy cerca de la noble y culta ciudad de Texcoco.
Fuiste el más grande y valiente guerrero de los señoríos de Tlaxcala, heredero del nombre de tu padre y de su señorío: Xicohténcatl el joven; estabas destinado a ser un gran gobernador pero se interpuso en tu camino un tal Cortés, buscando alianzas para conquistar a la gran Tenochtitlán.

Inteligente como eras, te negaste a ser parte de la alianza y peleaste contra los extranjeros, peleaste día y noche, no te diste por vencido a pesar de la superioridad en armamento del enemigo...pero los cuatro señores de Tlaxcala se aliaron con los españoles, a pesar de tu negativa y fuiste enviado con tu ejército a ayudar a los extranjeros...como buen hijo obedeciste a tu padre, y peleaste junto con los europeos pero no utilizaste toda tu destreza y bravura en contra de los mexicas.

El trato que te dio Cortés te hizo comprobar que la alianza no era entre iguales, que para los conquistadores eran sólo carne de cañón, peones que iban al frente de la batalla, arriesgando la vida mientras ellos estaban en la retaguardia. Fue por eso que te fuiste, los dejaste, marchaste a Tlaxcala con la intensión de organizar la resistencia contra los europeos pero no lo lograste.

Cortés ordenó que se te aprehendiera inmediatamente y mandó a Alonso de Ojeda para que te ahorcara en Texcoco, como desertor en el frente de la guerra.

¡Ahorcado! el gran guerrero Xicohténcatl el joven no podía morir así, ¡era totalmente indigno! Tu muerte debió ser en el campo de batalla o a manos de tu enemigo, pero estos extranjeros que van a saber de honor, ellos solo quieren oro, van tras de él como perros.
Descansa en paz, que tu pueblo no olvida tu heroísmo, que la ciudad de Tlaxcala lleva el nombre de Xicohténcatl en tu honor.

Texto: Historias de tierra sagrada, mi México