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La transición del Posclásico a la época española en Mesoamérica. RANI T ALEXANDER y SUSAN KEPECS

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Mesoamericanos en el primer contacto (ver también Lockhart 1993:4; Hassig 2001:164). Sólo ahora estamos empezando a superar la idea de que las instituciones indígenas, estructura social y la cultura fueron substituidos rápidamente por equivalentes europeos. Los desafíos de esta falaz interpretación antigua se basan en dos modelos diferentes que proceden de supuestos completamente diferentes sobre el pasado Mesoamericano.

En la historia, Lockhart rastrea el origen de la crítica a la obra del gran maestro historiador Robert Ricard (1966 (1933); en Lockhart 1992:3; CF. Gibson 1964:4-8, 20-22), que asumió basado en documentos escritos por los frailes mendicantes que el proceso del reemplazo era para "civilizar" y traer la cultura europea y la iluminación religiosa a una sociedad primitiva. La implicación siguiendo esta posición es que las comunidades tradicionales de Mesoamérica en las periferias coloniales retuvieron creencias religiosas nativas previas a la conquista, patrones de parentesco, estructuras sociales y cultura material, porque habían quedado aislados y sin cambios por la misión civilizadora de los españoles. La errónea noción de que la Sociedad Mesoamericana antes de la conquista era primitiva, políticamente subdesarrollado y en base a una economía de autosuficiencia agraria, perdura en la literatura histórica de finales del siglo XX (por ejemplo, Clendinnen 1987:4,140; Farriss 1984:4: Gibson 1964:9; Lockhart 1976:19-21; Patch 2002:5).

En Antropología, la crítica de reemplazo nativo se encuentra en el marco de la aculturación (véase Cusik 1998). La noción prevaleciente era que "cultura de conquista" resulto del cambio en el estilo de vida tradicional por la institución forzosa de políticas españolas, aunada a la reducción demográfica por la violencia y la viruela (Foster 1960; vea también Beals 1952; Redfield et al., 1936; Spicer, 1962). La civilización nativa fue destruida, sus remanentes subordinados al domino español (ver discusión en Lightfoot 1995). Desde este punto de vista comunidades nativas tradicionales contemporáneas y los nativos de la época Colonial son fundamentalmente diferentes de las sociedades prehispánicas, aunque existan continuidades culturales que se observan ocasionalmente. Como indica Lightfoot (1995:211), esta interpretación equívoca continúa estructurando la improductiva sub división disciplinaria entre Arqueología prehistórica e histórica.

Estos supuestos, de ambas disciplinas crean serios problemas de interpretación de análisis de la historiografía y etnohistoria. Ross Hassig (2001:164) entre otros argumenta que debido etnohistoriadores investigan el período de contacto de Mesoamérica se basan en fuentes documentales posteriores a la invasión española, no han podido desarrollar una línea base con que medir el cambio subsecuente en el período Colonial. En consecuencia, afecta el análisis histórico de causa y efecto (Hassig 2001:52-58).

La nueva generación de historiadores considera que documentos en idioma nativo son la clave para entender cómo los diversos grupos indígenas de Mesoamérica percibieron los acontecimientos del siglo XVI (p. ej., Lockhart 1993; Restall 1998a; Terranciano 2001t). Sin embargo, como estos investigadores desarrollaron una historiografía crítica para estas fuentes — así como para fuentes españolas—, encontraron lo que Lockhart (1999. 1992:2-5. 1993:4; Vea también 2001:56 de Hassig; Jones 1989:7-8; Restal 2003:XV) llama el proceso de "doble identidad equivocada". Básicamente, esto significa que autores nativos de documentos del siglo XVI suponían que los españoles poseían una cosmovisión similar a la suya— y viceversa. Para complicar el problema, las percepciones de cada grupo cambiaron a través del tiempo. Además, porque los relatos en lengua nativa están unos 25 años detrás de los acontecimientos de la conquista, la reconstrucción etnohistórica de las condiciones antes del contacto y de las impresiones nativas desde el momento histórico de la invasión europea, siguen siendo conjeturas.

La arqueología no puede resolver lagunas documentales, pero es ideal justo para estudio de cambios a largo plazo que abarca la división entre las épocas españolas y prehispánicas. Como Lightfoot (1995:200) afirma fuertemente. "La implicación es esencial— cualquier estudio histórico y antropológico que intenta comprender las consecuencias a largo plazo de contacto entre culturas debe tener en cuenta la arqueología del contexto pre-contacto. Sin este punto de vista prehistórico, uno no puede hacer un análisis comparativo de las transformaciones culturales que tuvieron lugar antes, durante y después de contacto europeo y colonialismo."

Investigación arqueológica revela claramente la complejidad del mundo prehispánico. Como Kepecs argumenta (arriba y en su capítulo en este volumen), por muchos criterios la Mesoamérica del siglo XVI era tan "moderna como la Europa del siglo XVI”. Además, la evidencia arqueológica de la época colonial indica que sistemas económicos, políticos, militares y religiosos nativos no simplemente cayeron bajo presión española. El registro arqueológico tiene una gran cantidad de evidencia material de los procesos ricamente variados y dinámicos de ajuste y resistencia a la dominación colonial.

Evidencias arqueológicas y documentales, sin embargo, rara vez demuestran una correspondencia uno a uno (South 1977). Arqueología e historia trabajan en diferentes escalas espaciales-temporales. Arqueología es más adecuada para el análisis del cambio diacrónico en las estructuras socio-culturales sobre largos períodos de tiempo — comparable en escala temporal y alcance al concepto de historiadores de la escuela de anales a largo plazo (Kirch 1992; Knapp 1992; Smith, 1992). Los arqueólogos utilizan típicamente el registro escrito como una segunda línea de evidencia. Cuando los registros escritos y materiales están de acuerdo, las interpretaciones arqueológicas se fortalecen, y los documentos añaden detalles humanos a los huesos de los procesos socioculturales conservados en el registro material (Kepecs 1997a). Los arqueólogos a veces descubren evidencia de eventos de plazo más cortos, análogos a las escalas temporales de la historia social (Deagan y Cruxent 2002a, 2002b), pero la investigación arqueológica generalmente se dirige hacia explicaciones diacrónicas y comparaciones pan regionales, en línea con los objetivos de la antropología histórica.

Los colaboradores de este volumen han aplicado sus habilidades de Análisis diacrónico en la larga transición de Mesoamérica, del sistema del mundo prehispánico a la colonia española. A continuación, les proporcionamos a una guía para los capítulos contenidos en este documento.

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Tomado de:

La transición del Posclásico al periodo español,

perspectivas arqueológicas de Mesoamérica

editado por Susan Kepecs y Rani T. Alexander

 University of New Mexico Press – Albuquerque

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